martes, 31 de agosto de 2010

Muerte.

Esta noche ha sido extraña.
Me fuí a dormir pronto, mucho más pronto de lo normal.
A eso de las 3 de la madrugada mi móvil ha empezado a sonar, era ella. Me ha dicho que echaba de menos mi voz. Nos hemos conectado, y hemos hablado por MSN hasta las 7, entonces nos hemos ido a dormir...

Inexplicablemente mi movil estaba tocandome los cojones a las 9 y media, he mirado, era ella llamandome, tenía también un mensaje. Lo estaba leyendo cuando mi telefóno fijo ha empezado a cantar, me he levantado corriendo justo cuando acababa de leer las malas noticias, al otro lado de la linea me he encontrado a mi novia destrozada llorando.


Es increible cómo la muerte puede llegar a doler tanto, a hacer tanto daño... Cuándo alguien cercano, sea familiar o conocido, muere una parte de nosotros se va junto a ellos.

Tal vez yo no conociera mucho a esta persona, pero se que era un padre, un abuelo y un bisabuelo maravilloso.
Y sé que ahora sólo me quedará el recuerdo de ese hombre sentado diciendome "Pero shiquilla tú no te pienséh que yo me fumo eso, que yo la planta esa la utiliso pa' haserme curas", o intentandome arrejuntar con alguno de sus nietos, sin darse cuenta que yo con la que quiero estar el resto de mi vida es con su nieta.


Odio tanto cuándo Samael abraza a quién no lo merece.





Descansa en Paz, José.



Sam.

1 comentario:

Llunàtica dijo...

Descanse en paz, José.